Música y músicos

Collage y fotos de Moisés Hernández.


Queremos compartir con nuestros lectores la experiencia de Música de Cámara que hemos tenido la oportunidad de realizar durante este año.

Primero agradecer a nuestros compañeros y amigos profesionales que participaron de este evento y destacar que los músicos que nos acompañaron del Concierto del Día del Músico en el Teatro Nacional, son del más alto nivel en el país y trabajar a su lado es un gran estímulo pues no solo destaca lo mejor de nosotros como profesionales sino que contribuye a presentar la música en su máxima expresión. Además de que pone en evidencia que la música es una expresión al máximo de todas las sensaciones.

Los músicos amigos que participaron para tocar la obra de Joe Wolfe (Australia) presentaron la obra de tal manera que el compositor no tuvo más que elogios para la agrupación. Larena Franco de Brasil y Yumiko Tokumoto de Japón han sido una gran influencia para nosotors, por su positivismo, por su calidad artística, por su compromiso con la música y el trabajo.

Muchas veces se ha oido hablar de lo sacrificada que es la vida del músico, pero las cosas son un sacrificio cuando hay dificultades para realizarlas; trabajar con gente, con músicos como ellos, incluidos Moisés Hernández y Daniel Agudo, hace del trabajo un constante aprendizaje y una inspiración para querer continuar el crecimiento artístico-profesional.

A los miembros de Da Capo, el cuarteto de saxofones hermano mayor de Rodher, muchas felicitaciones por la capacidad artística tan amplia y dominio musical de las obras del muy variado repertorio que eligió interpretar para este concierto.

No queremos dejar de mencionar que este pasado año, tuvimos la oportunidad de participar del Ciclo Musical de Vanguardia SONANCIAS, que dirige el Mtro. Emiliano Pardo-Tristán, y en el que Moisés Hernández estrenó la obra que este compusieera para él, Matrix, para Saxofón Alto y Electrónica, y María Inés Rodríguez como parte del Cuarteto para el Fin de los Tiempos, de Olivier Messiaen.

Por último, quiero agradecer a mi compañero Moisés Hernández la propuesta de hacer música de cámara que empezó hace tantos años y que se convierte en una escuela con cada obra que afrontamos, con cada concierto que nos proponemos y por su empuje y calidad humana.